Estas noticias son siempre tristes cuando grandes profesionales deciden abandonar lo que es su pasión. J.M. Straczynski anunció en la pasada Comic Con de San Diego (SDCC) que no escribiría más cómics. Una enfermedad ocular que felizmente ha sido superada, junto a una voz interior que le impulsa a salir de su zona de confort y buscar nuevos desafíos, estarían detrás de su decisión de dejar el mundo del cómic y dedicarse a nuevos proyectos, como la novela y el teatro.
El portal Newsarama se acercó al autor para profundizar en la noticia y el mismo Straczynski les facilitó una carta donde explicaba la situación, carta que el portal web puso a disposición del público y que podéis leer a continuación, es larga, pero sin duda emotiva e instructiva para todos lo que buscan un significado en la vida:
Much is at last revealed. https://t.co/ZahISPSIaq
— JMichael Straczynski (@straczynski) August 2, 2016
«He tenido a una carrera muy divertido. En realidad, múltiples carreras:
Fui periodista en San Diego durante muchos años, trabajé para una gran cantidad de periódicos y revistas locales, incluyendo al ‘San Diego Reader’ y a la ‘San Diego Magazine’, me convertí en corresponsal en directo para la KSDO News Radio… poco a poco me convertí en una especie de pez de buen tamaño en un estanque relativamente pequeño. Fue entonces cuando empecé ha estar cómodo con esto, cuando una pequeña voz en mi cabeza me decía: ‘Has terminado aquí, ve a algún otro sitio, ve a un estanque más grande donde tengas que empezar de nuevo’.
Y lo hice, me mudé a Los Ángeles donde las revistas y los periódicos eran más grande pero también había más competencia. Nadie me conocía, y tenía que empezar desde cero. Pero eso era lo divertido, y después de un tiempo, empecé a escribir para el (llorado) ‘Los Angeles Herald Examiner’, ‘Los Angeles Times’, ‘Video Review Magazine’ y ‘Los Angeles Reader’, entre otros antes de acabar finalmente en TIME Inc.
Entonces un día, la misma voz, la voz que siempre se mantenía desafiante y me pateaba sobre el carrito de manzanas y me hacía empezar de nuevo, dijo: ‘Has terminado, muévete, encuentra otra cosa que hacer, esfuérzate como un escritor, toma oportunidades, acepta el riesgo a fallar’
Y en ese día dí el paso de abandonar mi carrera como periodista y nunca volví. No había animosidad, ni ruptura dura o áspera… Tan sólo había esta parte de mi que adora dar un paso fuera de mi zona de confort que me siga desafiando a mí mismo. En esta caso vague por tierras salvajes durante casi un año sin ningún ingreso. Mis amigos me insistían que volviera al periodismo, porque al menos podría ganarme la vida y si no hay puentes que quemar ¿por qué no? Pero no pude. Tenía que encontrar el siguiente desafío.
Así que entré a escribir para la Animación, algo que no había hecho antes. Y fue un estallido. Trabaje en ‘He-Man’ y ‘She-Ra’ y ‘Jayce and the Wheeled Warriors’, una etapa que culminó con ‘The Real Ghostbusters’, una de las cosas de las que estoy más orgulloso de esa época. ‘The Real Ghostbusters’ fue un éxito sin calificar, tuve una nominación para los Emmy… estaba ahí, en la zona.
Y la misma voz susurró a mi oreja, ‘Has terminado aquí, muévete, haz otra cosa’.
Y en ese día, dejé la animación y nunca volví.
Me introduje en la Televisión. haciendo shows como ‘Captain Power and The Twilight Zone’ y ‘Murder, She wrote’ (‘Se ha escrito un crímen’), después ‘Babylon 5’ y ‘Crusade and Jeremiah’.
Fue en la época de ‘Crusade and Jeremiah’ cuando la pequeña voz dentro de mi cabeza decía ‘vas a necesitar un respiro de la televisión por una temporada… encuentra otra cosa que te ponga a prueba’. (Lo que me llevaría a tomar una pausa de diez años de la televisión, volviendo hace poco a Sense 8).
Así que tras haber escrito previamente tres o cuatro números por separado, creé ‘Rising Stars’ y ‘Midnight Nation’ y continuó con el comienzo de los seis años de ‘The Amazing Spider-Man’ para Marvel.
Y en ese momento cuando algo empezó a ir realmente mal.
Cuando acabamos el rodaje de ‘Jeremiah’, descubrí por mi mismo que cada vez tropezaba y caía más, especialmente cuando se trataban de escaleras. Cuando tuve una caída con un bordillo en Vancouver , extendí mis manos para frenar mi caída, me disloqué mi dedo anular derecho tan malamente que se quedó una pulgada más corto de lo que era antes. En tan sólo un par de años me había caído tanto y tan mal que tuve una cojera permanente. No podía entenderlo. ¿No prestaba atención a mi entorno?¿me estaba pasando algún problema físico que no reconocía? Los exámenes físicos no revelaban nada de lo que preocuparse.
Casi al mismo tiempo me dí cuenta de que mis ojos se cansaban más rápido y más fácilmente de lo habitual, reduciendo la cantidad de tiempo que podía pasar frente al ordenador cada día. Asumí que era simplemente un exceso de trabajo, y no uní las dos cosas.
Una tarde, estaba paseando por el bulevar de Ventura en Sherman Oaks, pasé por debajo de un subterráneo cerca de la autopista de la Galleria de Sherman Oaks. La pendiente de la acera estaba parcialmente oculta por escombros y calculé mal la acera. Mi pie perdió el borde y caí de costado en la calle cuando un camión de dieciséis ruedas entró en el cruce. El conductor pisó los frenos, frenando lo justo para que pudiera engancharme al lado del espejo y evitar caer bajo lar ruedas. Acabó bien pero nos asustó a ambos.
Una visita al oftalmólogo finalmente reveló el problema.
Siempre había tenido una terrible vista de cerca, ciego como un murciélago, pero había nuevos temas. El primero era unas tempranas cataratas, sufridas por varios familiares, algunos tan tempranas como a los cincuenta años. Por sí mismas, la cataratas se podían haber tratado con facilidad. Pero el diagnóstico confirmó que también sufría de Distrofia de Córnea de Fuchs, un desorden genético muy extraño en que las células que absorben la humedad en el borde epiterial exterior de la córnea empiezan a morir muy prematuramente, convirtiendo la superficie del ojo como algo parecido a una piscina que no ha sido limpiada en mucho tiempo. El ojo comienza a aparecer como la foto de abajo (no es mi ojo, pero es una buena demostración de lo que le me ocurre).
Atrapado en córnea exterior, la células muertas reflejan la luz de la misma forma que la brillante luz del sol golpea en el parabrisas frontal de un coche que no ha sido limpiado desde hace mucho. Y cuanto más tiempo está la Distrofia de Fuchs sin diagnosticar, más presión se crea en la córnea, causando ampollas que se rompen repetidamente, rasgando y creando cicatrices en la córnea. El grueso tejido cicatrizado, conocido como un estroma (se muestra a continuación) convierte la superficie del ojo de suave y limpia a una textura más cercana a lo que es una cartera de cuero.
No me había dado cuanto de lo mal que estaba porque es un proceso lento e incremental; sin ninguna manera de compararlo con la visión normal, acepté que veía normal, atribuyendo que cualquier problema se debía a la fatiga o cansancio visual.
En situaciones normales, el tratamiento de cataratas requiere simplemente implantar nuevas lentes en el ojo, pero el añadido de la Distrofia de Fuchs lo hacía insostenible, hasta el momento del diagnóstico de Fuchs sólo podría tratarse con un trasplante de córnea completo. Tales procedimientos a menudo acaban con severas complicaciones e infecciones, visión defectuosa, o un sustancial riesgo de rechazo. Implantar lentes que arreglen las cataratas puede debilitarse por el tejido que las rodean hasta el punto de que el subsiguiente trasplante de córnea se peligroso o no factible. Si hacíamos primero el trasplante de córnea, la colocación posterior de las lentes podía potencialmente dañar la nueva córnea. Cuantas más veces abras el ojo, mayor es la probabilidad de que algo vaya mal, y la tecnología para realizar ambas intervenciones al mismo todavía no todavía no estaba donde debería estar.
Elegir una u otra significa perder un buen trozo de mi vista por el otro desorden que permanecería. Mi única otra opción era esperar a nuevas modalidades que están siendo desarrolladas y que muestren resultados. Desafortunadamente estamos a años lejos, y durante ese tiempo las tres condiciones pueden empeorar, haciendo la cirugía incluso más problemática y dañar más aún mi ojo, incluso posiblemente de forma permanente.
Dada la gigantesca complicaciones implicadas en un trasplante completo de córnea, opté esperar. Y por aproximadamente ocho años, esto era lo que el mundo era para mí:
Con mi vista más deteriorada, menos material me era posible crear. Anteriormente, permanecía doce horas para producir doce horas de material válido. Después, las doce horas de trabajo producían seis horas de material. Después cuatro. Donde una vez había sido capaz de completar tres o cuatro cómics al mes además de lo que estuviese escribiendo, ahora luchaba por escribir un único cómic al mes y a veces incluso no llegaba a eso. Cada vez que pensaba que podía manejarlo, me sucedían cosas que me impedían mantener el ritmo. Algunos que seguían mi trabajo asumían que la lentitud era debida a una ética de trabajo poco rigurosa, o aburrimiento o patosidad. Pero lo cierto es que simplemente no podía ver la pantalla de mi ordenador. Como era, la única forma de leer lo que estaba viendo era una un tipo de letra gigantesco y blanco en un fondo negro. Mi pantalla, mostrada a continuación con la resolución que usé durante los últimos diez años, me permitía trabajar pero literalmente sólo podía trabajar con una docena de palabras en pantalla a la vez, en lugar de las ciento o más por pantalla.
Confié la verdad a un par de amigos, mi agente Martin Spencer, el entonces Editor en Jefe de Marvel Joe Quesada y posteriormente el entonces Editor en Jefe Dan Didio, pero por lo demás seguía manteniendo secreto con el resto del mundo. No hay nada como oír que dices ‘estoy perdiendo de algún modo mi vista’ para asustar a los estudios de que te contraten. Cuando le dí la noticia a Quesada – supongo que fue en algún momento en el 2005 o 2006 – me avergüenza decir que rompí a llorar por teléfono. Estaba completamente asustado. ‘No puedo ver’, le dije, ‘No puedo ver’. Aunque Quesada y yo nos fuimos distanciando por desavenencias creativas, en su haber y por lo que sé, nunca contó a nadie mi situación en ese momento o después. Ahora, por supuesto, es libre de confirmar esa conversación.
Me fue posible mantener los proyectos de películas porque las fechas de entrega son más largas, solía tener varios meses para escribir un sólo guión, pero mi trabajo mensual en los cómics cayó a cero. Después de un tiempo empecé a preocuparme si había tomado la decisión equivocada en lugar de esperar.
Entonces, llegó un procedimiento experimental: DMEK, abreviatura de queratoplastia endotelial de extracción automatizada de Descemet. Un trasplante de córnea DMEK sólo reemplazaba las dos capas gruesas de células afectadas por Fuchs, y aunque había riesgos, era posible hacer ambos, ese procedimiento y el reemplazo de lentes con cataratas al mismo tiempo. DMEK era tan nuevo que cualquiera que recibía el tratamiento formaba automáticamente parte del grupo de estudio para determinar los resultados a largo plazo.
Por lo que viajé al Instituto del Ojo de Denver, en Portland, Oregón para reunir con uno de los cirujanos oftalmológicos más importantes en el país, que estaba entre los que habían perfeccionado la técnica DMEK. Él estaba preocupado a causa de la cicatrización masiva en ambos ojos causadas por el retraso en recibir tratamiento, pero accedió a realizar la cirugía dual, primero en el ojo derecho, después en el izquierdo. La cosa chula sobre el procedimiento es que cuando ellos hacen el trasplante, pliegan el nuevo tejido como un taco, después usan gas para inflarlo para presione en la parte frontal del ojo y se mantenga. Lo que significa que tienes que tumbarte de espaldas, nariz al techo, casi sin descanso durante cinco días. Como se muestra en la fotos de abajo (y sí, ese es mi ojo) cuando se está acostado, la burbuja se aplana, cuando se está de pie, la burbuja se mueve a la parte superior del ojo como un nivelador de carpintero, pienso que es algo chulo, en realidad.
Siete días después de la primera operación, estaba viendo 22/25. La siguiente cirugía tuvo resultados similares, sin efectos secundarios o complicaciones. Cuando escribo estas palabras, estoy viendo mejor de lo que he visto en toda mi vida: 20/25 en ambos ojos. Puedo leer matrículas, ver las hojas de los árboles… cada día me asombro de la belleza recién encontrada del mundo.
Lo mejor de todo, estaba a plena velocidad con el teclado por primera vez, escribiendo más y mejor y más rápido de lo que había hecho en diez años. Ansioso por empezar a planear mi carga de trabajo para el resto del año, empecé a diseñar los guiones específicos que quería escribir, y la nuevas series de TV que quería desarrollar.
Lo mejor de todo, ahora estaba en disposición de coger el relevo en mi trabajo de cómics. Años antes, me había sido posible escribir tres o cuatro números por mes, y ahora que estaba viendo claramente, podía fácilmente empezar a producir tanto como antes, quizás más. Ya había decidido que al año siguiente podría finalmente permitir que ‘Rising Stars’ y ‘Midnight Station’ fuera opcionadas, y esos movimientos podrían ser un empuje enorme para el sello de Joe’s Comics. Empecé a pensar sobre los nuevos títulos que quería crear, los títulos previos que podría traer de vuelta. Ahora esta funcionando al 110% no había nada que me parase.
Excepto por esa pequeña voz en el interior de mi cabeza, la voz familiar, íntima que ha estado susurrando historias en mi oído cada año desde que tenía diecisiete años. Era la voz de cada personaje de cada historia que haya escrito; la voz que oigo cuando supe que era momento de dejar San Diego e ir a Los Ángeles; la voz que oí el día que salí del periodismo y nunca volví; la misma voz que me dijo que había acabado con la animación y nunca volviera. Durante años, esa voz representa alguna parte de mi psique que me impulsa a nuevos desafíos, podría forzarme a marcharme de lo que sabía que puedo hacer y empezar con algo menos seguro.
Y esta no fue una excepción.
‘Has estado escribiendo cómic lo suficiente para estar cómodo. Has terminado. Muévete. Encuentra un nuevo desafío, algo donde podamos empezar desde abajo.’
El peso de esta decisión se sentía como un puño que se cerraba alrededor de mi corazón. No es que yo pensaba que era una mierda caliente en los cómics, o eso había averiguado – Creo que el día que decides que sabes todo lo que hay que saber sobre cualquier campo de escritura es que ya has terminado – era necesario reinventarse, empezar de nuevo, salir fuera de mi zona de confort para ver lo que había al otro lado.
Pero no quiero seguir adelante, pensé de nuevo. No es justo. Amo los cómics.
Difícil. Intentar otra cosa donde hay una buena probabilidad de que falles, algo que te obligará a correr riesgos.
¿Como el qué?
‘Novelas y obras de teatro. Jugaste con ellas un poco hace treinta años, pero nunca realmente te has puesto a ello. Tal vez tengas éxito, o quizás no. Pero es hora de probar.’
Fue en ese momento en el que supe que la fase de cómics de mi trabajo había terminado. Como fue el caso cuando dejé el periodismo, no hay animosidad aquí, sin pisar fuerte el pie pequeño, ¡no te lo voy a mostrar! Simplemente era: eso es todo. Podría tratar de luchar contra él, pero sabía por experiencia que tales intentos no terminan bien. Por eso, durante los siguientes meses rechacé nuevos encargos, terminar varias tareas pendientes, y empecé a concluir títulos de Joe’s Comics (‘Sidekick’ será lo penúltimo en ser terminado, y los guiones de los dos últimos números de ‘Dream Police’ están terminados con el número 11 que sale este mes).
Por último, el 22 de julio de 2016, anuncié en la Comic Con de San Diego que estaba fuera del negocio de los cómics. Ha sido un infierno de carrera.
Y ahora está terminada.
De aquí en adelante el tiempo que pasaría normalmente escribiendo cómics para empresas deseosas de publicarlos, se destinará a escribir novelas que los editores pueden nunca comprar, y obras de teatro que nunca llegarán a ser producidas. Voy a empezar de nuevo desde cero, desde el cero absoluto.
Es aterrador.
Es estimulante.
Es la vida, ¿sabes?»
Como decíamos al principio, es una lástima que J.M. Straczynski deje de escribir cómics aunque quizás, como ya sucedió con el mundo de la TV, siga colaborando puntualmente. Ningún autor, y menos Straczynski, suele dejar huérfanas a sus creaciones, y quizás retome alguno de sus proyectos más adelante.
En todo caso, le deseamos toda la suerte del mundo en esta nueva etapa que Straczynski comienza.