Los hermanos Raúl Franco Benito e Iñigo Franco Benito se unen personal y profesionalmente en esta obra de cariz absolutamente íntimo que trata sobre un delicado suceso que tuvo lugar en el seno del núcleo familiar. Raúl es quien se encarga del guion, y de poner al servicio del relato su vivencia y la de su mujer Bea al perder el hijo que estaban esperando. Su hermano Iñigo, utiliza toda su experiencia previa en la elaboración de cómics para convertir en viñetas la conmovedora historia editada por Dolmen en un volumen en tapa dura.
Una experiencia tan traumática, de las que te dejan marca para siempre, es lógico que de pie a una narración incómoda, que nos remueva por la injusticia e impotencia que revisten esta desgracia. Pero aunque en efecto la historia está claro que nos conduce por ese doloroso sendero, no se limita ni mucho menos a explorar únicamente el trauma y el dolor de esta bomba emocional que estalla sin esperarlo, sino que hay tiempo para darle su sitio a la esperanza y a las razones para seguir luchando tras padecer una circunstancia como esta.
Los padres ejercen como elemento vehicular de la trama, haciéndonos partícipes de todas las etapas del malogrado embarazo, desde la ilusión previa a los temores durante la gestación, llegando finalmente al complejo proceso de aceptación de la pérdida de un hijo.
A su alrededor hay una serie de familiares que si bien desempeñan un rol más secundario, su aportación es absolutamente necesaria para terminar de darle sentido al cóctel vital que nos sirven los autores, destacando especialmente la inocente e inspiradora intervención de la otra hija que ya tenía la pareja. No es difícil empatizar enseguida con todos ellos, porque en unas pocas páginas se muestran como los personajes reales que son, y nos transmiten la desoladora verdad de sus sentimientos al desnudo.
Más mérito tiene todavía la efectividad de la narración si el dibujo se aleja de una representación realista, especialmente de las figuras humanas, que son dibujadas más como monigotes que como personajes de carne y hueso. Pero es tan potente lo que nos quieren contar, que la en ocasiones excesiva funcionalidad del apartado gráfico no estorba, porque ejerce de herramienta simple pero que garantiza que lleguemos al destino que nos proponen. Aún así el dibujante no renuncia a añadir algunos efectos que hacen más variada la sucesión de escenas, o que ayudan a que nos sincronicemos todavía más con el tortuoso discurrir del embarazo. Buen ejemplo de esos arranques creativos es el progresivo oscurecimiento del fondo de las viñetas a medida que avanzas las complicaciones en la gestación del bebé.
Al valiente recorrido de este cómic le precede un inspirado prólogo de Antonio Altarriba que pone en valor la necesidad de contar con obras que se atrevan a encerrar los tabúes, de modo que tratando temas tan impactantes como la inconcebible situación de unos padres ante un aborto que no desean, aprendamos entre todos a dar con los resortes psicológicos que nos permitan seguir adelante.
¿Y si sale mal? se aventura de frente en los oscuros rincones de la pérdida de un ser querido y de las decisiones difícil que vienen aparejadas. Que nadie se eche atrás ante la angustia que cree que va causarle esta lectura, porque si los autores han demostrado un inmenso valor para abrir su vida al público, los lectores no podemos ser menos y debemos estar a la altura.
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