«Mr. Sandman, bring me a dream…»
The Chordettes
Antes de meternos en faena con este pequeño análisis sin spoilers sobre la serie que nos trae Netfilx, debo dejar claro de principio mi total admiración por la obra surgida de la mente de Neil Gaiman e ilustrada por Sam Keith, Mike Dringerberg, Malcolm Jones III, Jill Thomson, Charles Vess, Michael Zulli, Dave McKean y otros muchos grandes dibujantes que dejaremos sin nombrar para no hacer largo este apartado.
The Sandman llegó a nosotros publicada por el sello Vertigo (DC) en noviembre de 1988 y rápidamente se coló en el imaginario colectivo de los lectores como la obra que había que leer, un ambicioso, oscuro, terrorífico, metafísico, filosófico y fantástico ejercicio de literatura en viñetas que terminó alcanzando la etiqueta de cómic de culto, llegando a ser considerado por muchos como el mejor cómic de la historia (aunque aquí no estamos para dilucidar si ese pomposo título es merecido o no).
Pues por todo lo expuesto más arriba, además de sumarle los 30 premios Eisner y demás galardones que posee, llevar este cómic al formato televisivo siempre fue una tarea ardua para aquellos dispuestos acometerla. Mucho tiempo rondó esta posible adaptación por los despachos de Warner Bros. hasta que Netflix se llevó el gato al agua (suponemos que en un acuerdo anterior a la fusión de HBO con Warner). El gigante de Red Hastings ha puesto toda la carne en el asador para que la serie luzca de la manera que tiene que lucir y ha desembolsado según se estima más de 165 millones de dólares para producir los 10 capítulos de esta primera temporada.
La adaptación o traslación de Sandman en formato serie no podía haberse producido sin contar y tener muy involucrado en la misma al propio creador de la criatura, Neil Gaiman, ejerciendo aquí como productor ejecutivo controlando parte del desarrollo de la misma. Gaiman está acompañado en las labores de producción ejecutiva por David S. Goyer, un habitual en lo que a adaptaciones de cómic a cine y televisión se refiere, Blade, Ghost Rider, Superman, John Constantine, además de haber sido el coguionista de la trilogía que Christopher Nolan realizó sobre Batman avalan este hecho.
Como Showrunner está Allan Heinberg, escritor fogueado en televisión quizá en series alejadas del tono que este Sandman tiene como Sexo en New York, Las chicas Gilmore y Anatomía de Grey, pero es también un gran aficionado al mundo del cómic, para Marvel creó y escribió a Los Jóvenes Vengadores y firmó el guion de la primera parte de Wonder Woman para DC.
A nivel actoral y dejando aparte discusiones vacuas que no llevan a ninguna parte en torno al cambio de razas o condición sexual de los personajes, la serie cuenta en sus papeles principales con Tom Sturridge dando vida a Sandman, Vivienne Acheampong como Lucien, Boyd Holbrock tras Ebl Corintio, David Thewlis encarnando a John Dee, Gwendoline Christine en la demoniaca piel de Lucifer, Kirby Howell-Baptiste personificando a Muerte, Jenna Coleman supliendo como Joanna Constantine a un alejado por problemas de derechos John Costantine y con Vanesu Samunyai interpretando a Rose Walker, además de sumar las jugosas aportaciones de Stephen Fry, Charles Dance, Mark Hamill y Joely Richardson.
Los 10 capítulos de esta temporada adaptan Preludios y Nocturnos y La casa de muñecas, los dos primeros arcos del cómic donde se cuenta el apresamiento de Sandman por parte de los mortales, su liberación y posteriores consecuencias tras este singular hecho.
La serie tiene una fotografía de claroscuros muchas veces neblinosos, filmados en un gran formato scope alterado o deformado levemente por los realizadores, para otorgarle un toque onírico al conjunto, produciendo un efecto extraño a la vista de principio, pero que cuando te acostumbras a él, conjuga y funciona perfectamente con el estilo de fantasía oscura cercana al terror que tiene que tener la adaptación.
Un Tom Sturridge mimetizado a la perfección con su homólogo del cómic al mostrarse poco expresivo y con cierto hieratismo en sus maneras, aprueba con nota dando vida al Rey de los Sueños, convenciendo y llevándonos de la mano durante todo el show.
La narración fluye de una manera algo pausada en sus inicios aunque rápidamente toma una curva ascendente en interés que no te suelta hasta su conclusión en el décimo capítulo. Los diferentes guionistas logran una adaptación del cómic al live action de las más conseguidas y cercanas al original que han podido verse en mucho tiempo, cambiando lo necesario para su traslación al formato serializado televisivo, pero siguiendo la línea general que marcaba la obra de Gaiman. A lo largo de los diferentes capítulos asistimos al devenir del protagonista y demás personajes, moviéndose por la complicada línea argumental que el escritor inglés había planteado para su obra magna, logrando que la misma, sea fácil de seguir incluso para el espectador menos avezado en estas lides.
La trama está salteada de puntos álgidos de interés sobresaliendo algunos capítulos que llegan a rozar la maestría, el titulado 24 horas, el episodio más cercano al horror de toda la temporada, donde David Thewlis brilla con maestría dando vida al sociópata John Dee jugando cual dios con los personajes atrapados en ese Dining de carretera, es buena muestra de ello. Igualmente brilla el capítulo dividido en dos partes y titulado El sonido de sus alas, con una primera parte con protagonismo de Kirby Howell-Baptiste dando vida a Muerte, logrando que su interpretación nos robe el corazón mientras la vemos realizar con humanidad y candor su desagradable trabajo diario y en su segunda parte, donde nos metemos de lleno en la apasionante trama de Sandman y sus encuentros a lo largo de los años con el humano Hod Gadling.
Boyd Holbrock logra quizá la mejor interpretación de su carrera metiéndose en la piel de El Corintio, gran villano de la función, si en esta serie alguien puede ejercer este título. Sus apariciones a lo largo de la trama aportan y van complicando el camino del Rey de los Sueños, hasta llegar a su confrontación final en la mítica Convención de Asesinos en Serie.
También deberíamos mencionar como merecen a Jenna Coleman que sobresale dando vida a Joanna Constantine haciéndonos olvidar la no presencia del gran John Costantine y a Gwendoline Christine / Lucifer, que en el paso de Sandman por el Infierno nos proporciona un adversario capaz de doblegar al protagonista y que será el encargado de darle más problemas en un futuro.
Por poner algún pero a la adaptación, quizá los directores elegidos por Netflix para la serie capitaneados por Jamie Childs, podían haber lucido o arriesgado más en su puesta en escena, pero el trabajo no deja de ser de una gran calidad y muy alejado de las últimas experiencias en ese campo que hemos tenido que sufrir en Obi Wan Kenobi por decir un ejemplo a boleo.
Para terminar no me queda más que recomendar esta serie sin ningún género de duda, agradeciendo a Netflix y a Warner por habernos entregado esta lograda adaptación de la obra de Neil Gaiman, que hará disfrutar de su visionado a cualquier tipo de persona, sea este lector de comics o no, fan del original o no, o incluso si ni siquiera conocía su existencia antes de esta serie.
No me quiero marchar sin recordar también que el cómic en el que se basa, siempre está disponible en diferentes formatos esperando a nuevos lectores, aunque creo que la serie logrará atraer nuevos adeptos al universo de The Sandman.