Regresa Veneno bajo el título de una de sus obras cumbe: Protector Letal y lo hace de la mano del mismo guionista de aquella historia del año 1993 que inició las aventuras del simbionte en solitario.
Ambientada en los primeros años de Veneno como antihéroe, David Michelinie trae una historia más fresca que las miniseries de los 90, que solían pecar, en muchas ocasiones, de simples o con poco punch. Todavía en Nueva York, se presenta un Veneno que busca su lugar y al que, de repente, se le ha puesto precio a su cabeza y se ha convertido en el objetivo más buscado de los villanos de poca monta de la ciudad.
Los 5 números que forman la historia narran la persecución y enfrentamiento contra el simbionte, que despliega todo su potencial y demuestra lo versátil que puede llegar a ser. De hecho, hace pensar en lo potente que podría llegar a ser y lo poco que se le ha dado, un Veneno desbocado podría ser un villano maravilloso para Marvel o uno de los personajes más poderosos del universo de la casa de las ideas (aunque bien es cierto, que hoy en día no puede quejarse).
El primer número va al grano desde el principio, arranca con unos villanos que están luchando contra el antihéroe, mientras este les grita que le dejen en paz. A priori, no se explica el porqué de la pelea ni tampoco el motivo. A partir de este ataque, empezará un desfile de antagonistas de segunda, la mayoría poco conocidos, que tendrán como objetivo noquear al Protector Letal y ganar la recompensa que pesa sobre su cabeza. Aquí, hace aparición especial el Entomólogo, un villano que apareció por primera vez en el Web of Spiderman #19 (1986), creado por el propio Michelinie, y que es uno de los personajes que más apariciones tiene en este Protector Letal.
Aunque la historia esté ambientada en los acontecimientos previos al Protector Letal de 1993, cosa que vemos en diálogos que hacen referencia a cosas que pasaban en aquella época con Eddie Brock o con el simbionte, realmente todo se enmarca en la actualidad porque la gente lleva móvil y existe la tecnología actual. Este hecho se entiende poco ya que se pretende revivir el pasado del personaje, pero dándole un toque de modernidad que no le hace falta.
Este Veneno es mucho más reflexivo que el de los 90, por lo que esta readaptación está bien pero no acaba de encajar en lo que nos contaron tiempo ha. Michelinie quiere vivir del pasado, pero está en el presente más que nunca y hay que destacar que las referencias le quedan genial, como la aparición del Daily Globe o incluso la referencia del principio con la anciana que emula la famosísima escena de Protector Letal con la chica a la que asaltan en un callejón.
En esta historia, Eddie está, pero no está; su exmujer se va a casar de nuevo, su relación no es especialmente buena y la reflexión sobre el amor sobrevuela bastante a menudo. Lo que sí parece llevar al lector al Brock de siempre es la animadversión hacia Spiderman, pero, aunque repetitiva, no acaba de transmitir el odio habitual en las primerias historias de Veneno. En ese sentido, el guion ha pretendido rememorar aquellos momentos en los que el simbionte mataba o no tenía reparos en comerse los sesos de alguien, pero en el caso de cruzar el límite de la muerte, aquí Veneno no lo hará (aunque sí aparecerán muertes) y en el segundo se quedará en una amenaza.
Pese a todo, la trama y la acción van de menos a más, empieza suave y poco a poco va in crescendo. Cuando aparece la Fundación por la vida, los ataques de los villanos empiezan a tener sentido y cuando Veneno empieza a urdir un plan, el interés está en el momento perfecto para querer saber cómo terminará la historia y quién es el auténtico villano de todo esto. Los escenarios molan y el guion no se pierde, sino que mantiene el hilo en todo momento.
El dibujo de Ivan Fiorelli es correcto, aunque la caracterización de la cara de nuestro protagonista, en algunos momentos peca de ser extraña, recuerda a esos Venenos sin cuello que tienen una cabeza que parece una masa abstracta. Sin embargo, en otras escenas sí que imita al Veneno clásico hiper musculado con muchos dientes y baba viscosa que todo el mundo recuerda. En cuanto al color, no se imita el propio y característico de la década noventera y anteriores, sino que nos encontramos que el color de Bryan Valenza es totalmente actual.
En resumidas cuentas, una historia que va de menos a más, que pretende recuperar la esencia del Protector Letal noventero pero que se queda a medio camino. Eso sí, la historia es entretenida y encontrar las referencias clásicas de Veneno hace que el lector veterano tenga un plus y el lector que acaba de aterrizar en el universo vaya acercándose a lo que se podría llamar la esencia del personaje en sus inicios.
Sobre si es una buena puerta de entrada al personaje, quizá es mejor leer primero el origen de Veneno que podemos encontrar en la historia de la colección especial del 60 aniversario de Spiderman llamada El nacimiento de Veneno o las historias recopiladas en el tomo Veneno: Greatest Hits o incluso el Veneno: Protector Letal de 1993.