De todos los dibujantes que se han hecho cargo de Tarzán a lo largo de la historia, Russ Manning es uno de los más importantes. Cronológicamente se sitúa en un periodo posterior al de Harold Foster y Burne Hogarth y anterior al Tarzán de Joe Kubert. Entre estos cuatro maestros se han encargado de llevar al cómic a un personaje que comienza su existencia en un lejano 1913 en novelas pulp por Edgar Rice Borroughs.
La labor de Russ Manning con Tarzán comienza el 11 de diciembre de 1967 con las tiras diarias, en donde está hasta el 29 de julio de 1972 y el 14 de enero de 1968 hasta el 24 de junio de 1979 en las coloridas tiras diarias, en el formato de publicación le permite un mayor lucimiento. A lo largo de estos años, Manning adapta muchas de las novelas de Borroughs y nos encontramos ante una obra de autor completo, lo que en ocasiones le lleva a aceptar ayudas puntuales para cubrir los plazos de entrega.
En términos generales, Tarzán es un canto a la naturaleza, una obra en donde se pone en confrontación la maldad del hombre civilizado y el equilibrio de la selva, en donde los animales sólo matan para comer y a diferencia del hombre no destruyen su entorno. Dos estilos de vida antagónicos y un hombre al que el destino le hace vivir en un sitio que en teoría no es el suyo.
El desconocimiento de la selva y la falta de respeto a los animales, los indígenas y sus costumbres es uno de los motores de los guiones de Tarzán, pero en el caso de Russ Manning tenemos una serie de innovaciones, sacadas de las novelas de Borroughs, y que proporcionan dinamismo al personaje y le evitan caer en historias sumamente repetitivas y en donde por otra parte le permiten cambiar las estructura de viñetas, dejando la monotonía de las tres viñetas por tira y permitiendo un mayor lucimiento en la composición de los dibujos.
Manning integra dentro de la selva el concepto del mundo perdido, localizaciones que por accidentes geográficos han evolucionado de otra forma y esconden mundos de fantasía, desconocidos por el hombre, y que en caso de descubrirlos por accidente no sería conveniente divulgar su existencia, ya que al ser tocados por la mano del hombre perderían su magia y destruirían el hábitat natural de sus habitantes. De proteger el secreto de estos lugares ya se encarga Tarzán.
Por otro lado, hay que recordar que estamos en el año 1969, Manning se encarga de dar una gran importancia a la figura femenina, en esto puede recordar a otro maestro, Alex Raymond, y crea una tensión sexual entre los personajes que es bastante evidente.
Las mujeres de Russ Manning están cargadas de sensualidad, son muy atractivas y no tiene reparos en mostarlas ligeras de ropa, con trajes que insinúan sus formas sin ningún reparo. Luego está el tema del carácter, en donde veremos el típico personaje femenino que necesita ser rescatada del héroe y enseguida se enamora de él pero también tenemos a féminas dominantes y déspotas que no dudan en usar sus armas de mujer para atrapar a Tarzán, y en medio, Jane…
Este volumen titulado “Las Brumas de Opar” es un buen ejemplo de estas dos cuestiones.
En un primer lugar tenemos una historia en donde un cazador de elefantes ve como una figura misteriosa le espanta la caza. Ante esta situación, Tarzán, por un lado intenta evitar la muerte de los elefantes y por otro investiga que ocurre, protegiendo a la vez al cazador de las consecuencias de su imprudencia.
Lo interesante de esta historia es que deriva a un argumento secundario en donde Korak, el hijo de Tarzán, acabará viajando a una ciudad perdida dentro de la selva, y no será hasta el final del tomo que le volvamos a ver.
Esto es un claro ejemplo de las ventajas de una tira dominical a una diaria. Con Korak viajando a una ciudad misteriosa y oculta en compañía de dos atractivas mujeres, Tarzán se separa de su hijo y una vez de vuelta es avisado de que un safari se ha adentrado en la selva para buscar a los hombres bestias de Opar.
Lo primero comentar que Opar es una ciudad que aparece en la segunda novela de Tarzán y que vuelve a aparecer en la novena novela, con lo que estaríamos ante una adaptación de Manning de esta última.
En esta historia, que presenta referencias a hechos pasados, y que convendría saber para comprenderla en toda su magnitud, se pueden analizar dos aspectos.
El primero, el escenario de la aventura. Opar presenta la cualidad de que los hombres han involucionado, tienen más aspecto de bestias que de hombres y las mujeres han resistido mejor esa involución en lo relativo al aspecto físico, que no en lo mental, ya que presentan dificultades en el habla y por otra parte Manning aclara de manera muy explicita que tienen la herencia genética de los hombres bestia.
En Opar hay una sacerdotisa,la reina La, enamorada de Tarzán, que tiene viejas aspiraciones en lo relativo a que este se case con ella y le ayude a gobernar el reino, pues de lo contrario se vería obligada a elegir un marido entre los hombres bestias y acabar nos encontramos que Opar es custodio de un fabuloso tesoro procedente de la Atlántida, del cual se beneficia Tarzán ocasionalmente. Manning deja constancia en el cómic que es un tesoro tan grande que la merma no se nota en absoluto, para no dejar al protagonista en mal lugar. Como podemos observar, la impronta de Borroughs se deja notar muchísimo.
El segundo aspecto, y más polémico dada la época en que se desarrolla la historia, es el conflicto de géneros que vemos, ya que las mujeres de Opar son guapas y esbeltas y los hombres son bestias, y estas, por desgracia, están resignadas a casarse con ellos.
Es curioso ver la reacción tan primaria que tienen estas mujeres al ver a los exploradores entrar en Opar, ya que acostumbradas a la presencia de los hombres bestia, se lanzan asombradas ante los exploradores, lo cual provoca nuevos problemas.
Como no podía ser de otra manera, los exploradores son apresados por los hombres bestia y Tarzán les saca del apuro, mientras que la reina La, sacerdotisa de Opar, intenta convencer a Tarzán de que reine con ella, sin éxito.
El final de la historia nos deja un mensaje cuando menos curioso y enigmático, a la libre interpretación del lector, ya que uno de los exploradores, el hijo del jefe del safari, se enamora de una de las mujeres de Opar y decide abandonar la civilización “cambiando una forma de tiranía por otra”.
O sea, la tiranía del padre por la de la novia…
En definitiva, estamos ante un clásico que sigue de actualidad. Una nueva edición de Manuel Caldas con un color restaurado y una traducción revisada que no debeis dejar pasar.
Título: Tarzán y las joyas de Opar
Guión: Russ Manning
Dibujo: Russ Manning
Editorial: Libri Impressi
Formato: Rústica
Páginas: 64 páginas a color.
Precio: 18,50 €
Fecha de publicación: Enero 2016