Una obra que en principio era sobre asesinatos en un mundo de meta humanos, pasó a ser de uno solo; una obra enfocada para todos los públicos, que finalmente lo fue para un lector adulto y que dio origen a que más adelante se llevara a cabo Sleeper. Con estos antecedentes pasamos a disfrutar durante cinco números, recopilados en un solo tomo por ECC, de Blank Point. Este relato ambientado en el universo Wildstorm tiene como protagonista al hombre de gatillo fácil, Grifter, el mercenario con ciertos dones telequinéticos ex miembro de WildC.A.T.S.
Ed Brubaker nos muestra a un Grifter en decadencia, alejado ya de la acción, desposeído de sus habilidades especiales y ahogando sus penas en alcohol. Comenzamos la historia en un punto intermedio para pasar a narrarnos los acontecimientos a modo de flashback. El autor explota la relación entre Cole (Grifter) y Lynch, el jefe de Operaciones Internacionales, el cual vuelve a solicitar de sus servicios para un trabajo muy personal.
Conoceremos el pasado entre ambos, primero con sus andanzas en Equipo 7, un grupo de mercenarios del gobierno que sufrieron experimentos para mejorar sus condiciones, etapa en la que el protagonista adquiere sus dones y a contra prestación su cabeza queda bastante machacada. No es hasta más adelante, en su fase como miembro de supergrupo heroico, cuando en un supuesto vuelve a recobrar la estabilidad mental.
Todo parece ir según lo previsto, la vuelta a la actividad no le pilla tan oxidado, hasta que llega el desencadenante, la muerte de Lynch mientras Cole estaba esperándole para una nueva tarea. A partir de este momento comienza la carrera contrarreloj del protagonista para intentar esclarecer lo ocurrido y ajustar cuentas con quien corresponda. ¿ Una historia mas de espionaje? No, en absoluto.
En esta ocasión aunque Cole debido a su historial tiene una base y conocimientos, es un hombre de asalto. Está acostumbrado a vaciar cargadores en vez de hacer preguntas; los lectores damos cuenta del esfuerzo que le supone y de cómo en más de una ocasión se le va la situación de las manos. En este aspecto encontramos uno de los puntos más originales de la obra, y es que en esta historia tendremos la perspectiva exterior de lo que ocurre en Sleeper, cuál es la versión oficial en relación al caso del agente Carver.
Mientras vemos cómo cada vez más se adentra en la investigación todo va complicándose aún más y cómo su mente se va desquebrajando paso a paso, desfilarán distintos miembros conocidos de WildC.A.T.S. y visitamos los dos clubs para héroes y villanos. El acierto en el ejercicio que desarrolla el guionista a la hora de incluir un relato negro en un mundo de cuero y capas, es conseguir que en ningún momento nos chirríe todo lo que se nos muestra.
Para rematar, estamos ante un trabajo que homenajea el talento de Moebius (a nivel de guión más que en lo visual) y que recientemente tanto Dan Slot como Michael Allred desarrollaron en el número once del sexto volumen de las aventuras del surfista plateado, Norrin Radd. Una historia narrada en forma de bucle, que se puede leer una y otra vez jugando con la idea de cuántas veces estará viviendo el mismo episodio nuestro protagonista.
En los lápices se encuentra el artista británico Colin Wilson, que por aquel entonces era desconocido en el ámbito norteamericano.
Correcto, manteniendo un nivel constante durante toda la obra, mostrando un aspecto -valga la redundancia- más cercano al europeo que al estilo visual norteamericano, trabaja alternando secuencias de composición clásicas de viñetas con otras mas personales.
Tampoco he de olvidar las portadas, a cargo de Simon Bisley, que con su particular estilo le añade aún más personalidad a la serie.
Si ya has disfrutado de Sleeper se trata de un buen complemento ideal, en caso contrario es la excusa perfecta para adentrarte en este micro universo creado por el maestro Brubaker.
Título: Point Blank
Guión: Ed Brubaker.
Dibujo: Colin Wilson.
Editorial: ECC Cómic.
Formato: Rústica.
Páginas: 128 páginas, color.
Precio: 12,50 €.
Publicación: Enero de 2016.