RESEÑA Kingpin, Todos los hombres del rey, de Bruce Jones y Sean Phillips

Tras las grandes historias de superhéroes están detrás unos grandes villanos, como es el caso de Kingpin. Quizá uno de los villanos de la galería Marvel más de moda hoy en día debido a su reciente participación en televisión en la serie de Daredevil de Netflix.

Protagonista de grandes historias como Born Again de Frank Miller, Kingpin es uno de los villanos más interesantes de la marvelita Nueva York con infinidad de participaciones. Habitual de las aventuras de Spiderman, Daredevil o Punisher, es un villano con muchas facetas y matices donde dependiendo del guionista que lo emplee en sus historias, consigue un fondo distinto a las demás de cualquier otro villano en cuanto a la construcción de sus distintas tramas.

Es ahora, cuando Panini Cómics aprovecha la situación para traernos esta serie de Kingpin escrita por Bruce Jones y dibujada por Sean Phillips entintada por Klaus Janson.

Lo curioso, es que es un rescate editorial de un material inédito de 2003. Lo que se pretendió en su momento con esta serie es hacer una serie limitada aunque fue ampliada para prolongarla como serie regular, al final acabó siendo cancelada en su séptima entrega por bajas ventas.

Esta serie nos situará antes de la primera aparición del personaje en Amazing Spider-Man #50 en el año 67, a modo de origen, arranca la trama con la ascensión paulatina del mafioso hasta llegar a las altas esferas del poder criminal.

Por desgracia el progreso de esta ascensión del personaje se produce quizá, demasiado pronto para entrar en una trama política donde el guión se detiene a desarrollar más.

El fallo se esta colección es su propio concepto, siendo pensada como serie abierta, se genera un ritmo distinto al de una serie limitada, deteniéndose en puntos no tan necesarios, abriendo tramas secundarias y desarrollando otros personajes que acaban en saco roto y en detrimento del cuerpo de la trama principal.

Con todo, el arco se cierra en una serie que no deja de ser disfrutable para los fans del villano entendida como una historia del personaje en solitario con la siempre aparición del trepamuros por medio, que eleva el interés por la misma.

El dibujo de Sean Phillips acaba siendo algo distinto al acostumbrado por la participación de la tinta de Klaus Janson que consigue un acabado mas mainstream aunque con un estilo desgarbado típico del cómic independiente.

Quién remata la faena es Lee Loughridge que ambienta el cómic con colores apagados y en bajo contraste para dar un cierto toque «oldie» que no consigue lograr el dibujo en este caso.

Un aspecto que se hecha en falta, es la ambientación poco lograda siendo una historia ambientada en el Marvel más clásico que hubiera gustado más un trabajo a compás del contexto.

Se rescata así, un material inédito que se mantiene a trompicones pero sin dejar de ser una lectura interesante entendida como un complemento más del personaje.