Ayer, a la edad de 70 años, fallecía el historietista e ilustrador Alfonso Azpiri, con más de 40 años dedicado a su labor, nos deja con obras como Mot, El Bosque de Lump o Lorna, algunas de ellas que tanto nos han acompañado a muchos durante nuestra infancia.
Desde aquí mandamos nuestro apoyo a todos sus conocidos y familiares.
Convertirse en arte
Y un día de repente como el humo de un cigarro, como los recuerdos de la infancia, gente de nuestro alrededor desaparece y se ausenta del camino. Desgraciadamente, inevitablemente, hoy es uno de esos días y el gran maestro Alfonso Azpiri nos abandona y nos deja huérfanos de su presencia y de su estampa.
Creemos que pocos serán a los que una noticia de tal calibre no les haya hecho asomar una lagrima o desempolvar una gran cantidad de recuerdos: Charlas, firmas, salones, compartir tiempo con el maestro mientras fumabas un cigarro en la puerta del recinto … Creemos que serán pocos a los que no se les hayan agolpado el corazón en la garganta, menos aún a los que no se les haya erizado el vello al recibir la noticia, una llamada, un mensaje, un WhatsApp , una notificación de las redes sociales que jamás deberíamos haber recibido, pero que llegó.
Azpiri, nombre guardado en la memoria en tiempos de la infancia y que se grabó en nuestra juventud tan fuerte que hoy en día seguimos sintiendo lo mismo cuando escuchamos pronunciar ese nombre. No paran de venir imágenes a la cabeza de tardes de Domingo sin nada que hacer, en pijama, tirados en el suelo, leyendo el suplemento dominical infantil del periódico de tu padre y dejándote arrastrar por mundos imaginarios, monstruos de buen corazón, amigos invisibles, bosques encantados, seres de ensueño… Nos encantaba al mundo al que sus locas aventuras y sus geniales dibujos nos trasladaban vertiginosamente y que nos hacía mirar en el armario antes de dormir.
Leíamos y releíamos las escasas páginas que venían en ese dominical, mirábamos una y otra vez la belleza tan representativa que plasmaba en sus dibujos.
De repente un día entre los juegos de cassette de los ordenadores veíamos algo que llamaba nuestra atención, un parecido a algo familiar… ¡Justo!, esas portadas parece que están hechas por Alfonso Azpiri. Así comprobamos que era cierto y que era el encargado de presentarnos a nuestros héroes y personajes en maravillosas y espectaculares portadas que nos hacían imaginar una imagen y una forma ante aquel aluvión de pixeles en lo que nos pasaríamos jugando hasta la hora de cenar. Y Azpiri pasó de ser “ese dibujante que te gustaba” a gran artista, y supiste que su nombre te acompañaría por siempre.
Luego en nuestra juventud, cuando ya no teníamos que esconder nuestras lecturas ante nuestros padres, comenzamos a salir con esa chica… ¿Cómo se llamaba? … Ah, sí, Lorna. Una aventurera espacial muy sexy, una mujer fatal de cuyas curvas nunca nos olvidaríamos. Y así comenzamos a tener Sueños, Sueños Húmedos y Pesadillas.
Todos los aficionados del mundo del cómic, todos sus compañeros de profesión, sus amigos, sus familiares saben lo que se escondía tras su tranquilidad, tras esa tras esas gafas de sol, tras ese tono sosegado que invitaba a escuchar, tras esa pose dibujando que hacía parecer que hubiese nacido con el lápiz en la mano… Todos saben el profesional que llevabas dentro, el luchador, el trabajador, el amigo. Y Azpiri pasó de ser gran artista a esa gran persona, y supiste que su nombre te acompañaría por siempre.
Dejas atrás a tu familia, dejas tristes a tus amigos y allegados, el mundo del cómic pierde nuevas joyas realizadas con esas diestras manos, dejas aficionados que esta noche comenzarán a buscar y desempolvar las grandes obras que dejaste en nuestras estanterías. Todos quedamos como niños dormidos que esperan despertar para que el día de hoy no hubiese transcurrido.
Debemos despedirnos, porque si tenemos que ser sinceros no querríamos hacerlo, con estas simples palabras que no dicen nada nuevo, palabras tristes como las que saldrán de las bocas de aquellos que le conocieron, pero que quieren mostrar todo el respeto y cariño ante tu persona. Solo pretendemos darte las gracias por habernos acompañado desde siempre.
GRACIAS MAESTRO
Y Azpiri pasó de ser esa gran persona a convertirse en ARTE.
