A algunos les sonará el nombre de Joan Lieber, a otros no y en en principio no tiene por qué. Ahora si ya decimos que se trata de la santa esposa de Stan Lee los que desconozcan la historia van a saber su transcendencia. Comienzos de la década de los sesenta, un Stan bastante cansado del rumbo editorial bajo las decisiones de Martin Goodman que no era ni más ni menos el copiar sin tapujo alguno lo que funcionaba en el resto de editoriales.
Con la decisión tomada de abandonar el barco bajo un último encargo, fue Joan la que le empujó a que desarrollara un trabajo en el que todo fuera creación suya (lo de los Challengers of the Unknown o Investigadores de lo desconocido también se sabe que algo tuvo que ver para la base). Un producto totalmente nacido de su invención, total ya que se iba a ir que lo hiciera con una obra propia. Nunca estaremos lo suficiente agradecidos a esta mujer ya que se trata de una de las precursoras del Universo Marvel, eso sí, entre bambalinas.
Una vez conocido el continente pasamos al contenido. Lo primero fue seleccionar un grupo protagonista que no llevaran uniformes a juego, vestidos con ropa de civil. Algo que llamó bastante la atención en la época pero que al tercer número tuvo que cambiar ante la avalancha de cartas donde los lectores exigían vestimenta acorde para unos superhéroes.
Otro aspecto fundamental, en lo relativo a guión era el dar carpetazo a las continuas historias donde la amenaza era siempre un ser monstruoso.
De una manera sutil, tras el primer número ya damos paso a invasiones alienígenas de la mano de los primeros Skrull y el desfile de villanos para la eternidad como Doom, Hombre Molécula, Hombre Imposible, Hombre Topo, Hate Monger, el faraón Rama-Tut. Otros entrañables como Fantasma rojo o El pensador loco, Kurrgo amo del Planeta X y el retorcido Amo de las marionetas. Por si esto sabía a poco, entre medias tenemos el retorno a la editorial de uno de los pesos pesados allá por los años cuarenta, se trata de Namor.
Tras el éxito en DC por el lanzamiento de la JLA, Goodman quería tomar prestada una vez más la idea del supergrupo retomando a las viejas glorias de la editorial, algo de lo que no estaba nada de acuerdo Stan, pero si el recuperar a estos personajes: Capitán América, la Antorcha original y el Príncipe Submarino.
Muestra de ello es lo que ocurre en el número cuatro con la famosa secuencia de Johnny Storm ejerciendo de barbero improvisado. Como hemos comentado, Lee era reacio a la idea de supergrupo con estos tres pilares, pero no de que volviesen a escena.
A lo de Namor hay que sumar que la elección de un joven humano para ser la nueva Antorcha es por que era consciente de la relevancia de este tipo de personaje pero quería aire fresco.
El dar ciertas dosis de realismo de una manera que, aunque ahora nos parecerá hasta graciosa, no hay que perder detalle en la época que sucedía. Hasta el momento en el ámbito de lectura superheróica todo les iba bien a sus protagonistas y salvo a las amenazas de crimen o seres extraños carecían de preocupación alguna en el día a día de sus vidas.
Seremos testigos de eternos conflictos de grupo con personalidades bien definidas desde un primer momento en su miembros, problemas económicos para llegar a fin de mes y no siempre contar con el beneplácito de los ciudadanos. El seleccionar una ciudad real como lugar de residencia y escenario para parte de sus intervenciones es otro de los aportes. Esto son barreras que comienzan a romperse en las historias de esta peculiar familia.
Algo evidente pero que no se puede dejar pasar por alto es al ir dejando página tras página, uno va dando cuenta que está caminando por los cimientos de lo que es ahora el inmenso Universo Marvel, una sensación que como lector no tiene precio y hace aún mas grande si cabe, el valor de esta pieza maestra.
No puede faltar la mención especial para el artista a los lápices. Quien sino mejor que el Rey Jack Kirby para dar vida a los protagonistas y todo el elenco que los acompañará en cada aventura. No solo talento en las manos, también de una imaginación y creatividad pasmosa, sabia elección una vez más de Stan.
Plasmando con una facilidad y rapidez esas escenas de pánico en las calles, diseñando personajes que a todos se nos han quedado en la retina de alguna u otra manera. Con su peculiar estilo que número a número va tomando más fluidez y mejor aún con la incorporación (breve) al poco tiempo de Joe Sinnott y a posterior Dick Ayers para dar un entintado digno del evento.
Una de las curiosidades es la evolución de La Cosa, en un principio de forma grotesca y poco definida para ir dando paso a ciertas variaciones hasta llegar al aspecto de forma de ladrillos. Kirbismo en estado puro.
Como broche de oro para este recopilatorio, al final del mismo cuenta con los números del #49 al #58 de ‘Tales of Suspense’ en el que se narran las primeras historias de Uatu tras su aparición en ‘Fantastic Four’ #13, también incluida.
Ya en el apartado de extras una serie de fichas Pin Up de los personajes relevantes y la serie de portadas usadas por la editorial Vértice en la edición española del tercer volumen de Los cuatro fantásticos, ilustradas por el maestro Espí.
Título: Marvel Gold. Los cuatro fantástios #1.
Guión: Stan Lee.
Dibujo: Jack Kirby.
Editorial: Panini Cómics
Formato: Cartoné.
Páginas: 648 páginas, a color.
Precio: 39,95 €.
Publicación: Junio de 2016.
Es compra obligada para cualquier amante del cómic de súper héroes clásico.
Con esto nació todo. De aquí parte la magia, con sus grandezas y sus «miserias».
Kirby en estado puro.