Lamentamos tener que hacernos eco del fallecimiento del mítico guionista y dibujante de cómics Keith Giffen a la edad de 70 años, a consecuencia de un infarto cerebral que sufrió el pasado lunes. El editor y guionista Paul Levitz ha sido el encargado de confirmar la fatal noticia, pues además de haber colaborado en más de 60 cómics juntos, eran amigos.
El prolífico autor ha desempeñado su labor desde los 70 principalmente en DC, donde ha trabajado en innumerables cómics como la Legión de Superhéroes, en La Liga de la Justicia en la clásica etapa junto a JM DeMatteis y Kevin Maguire, y ha co-creado a personajes como el irreverente Lobo, Ambush Bug o la versión actual de Blue Beetle encarnada por Jaime Reyes. En Marvel también participó en series como Los Defensores, o co-creando junto a Bill Mantlo a Mapache Cohete (Rockett Racoon), personaje tan popular hoy en día por las películas de Guardianes de la Galaxia, y ha permanecido en activo hasta hace relativamente poco con trabajos como Justice League 3000, Scooby Apocalypse o Inferior Five.
Caracterizado por un vibrante sentido del humor, Giffen dejó preparado un mensaje cargado de humor negro en sus redes, para publicar en caso de fallecimiento, al temer que el infarto que sufrió a principios de semana tuviese consecuencias fatídicas. En ese mensaje póstumo nos recuerda la famosa expresión de risas que tan característica es de su etapa en Justice League:
Les dije que estaba enfermo…
Todo lo que sea para no ir a la New York Comic Con
Gracias
Keith Giffen 1952-2023
Bwah ha ha ha ha
Así recuerdan en CBR las declaraciones de Giffen sobre cómo llegó al mundo del cómic:
Entré en los cómics haciéndolo todo mal. Estaba trabajando como manipulador de materiales peligrosos y me tomé una semana libre y dije: «Oye, creo que empezaré en esto de los cómics». Así que simplemente hice un montón de dibujos y los puse juntos. Pensé, voy a llamar a las empresas y averiguar cómo se hace esto. No quería empezar desde arriba. Quería empezar desde abajo. No quería Marvel, no quería Charlton. Atlas publicaba por aquel entonces. Entonces llamé a Atlas y la mujer que me atendió fue muy positiva al teléfono. «Oh, sí. Trae tu portafolio. Por supuesto. Le echaremos un vistazo. Bla, bla, bla. Sin embargo, vamos a cerrar la editorial la próxima semana». [risas] Le dije: «Eso es interesante», y después de colgarle el teléfono pensé que tal vez debería apretar los dientes y comenzar desde arriba y que me rechazaran hasta el final. En aquel entonces la cima era Marvel. Entonces llamo a Marvel. No sé quién era la secretaria entonces, pero no fue lo más positivo: «sí, um, trae tu carpeta y lo mirarán y podrás recogerla mañana». Fui bastante estúpido. Voy a Nueva York, dejo el portafolio y me voy a casa. Al día siguiente pensé que iría a buscarla y pensé: «No, esa no es una buena idea». Así que dejé pasar un día y en lugar de ir , llamé. Y la mujer dijo: «Entra aquí ahora mismo». Entro y ella me grita, está muy enfadada conmigo. Compromisos previos habían obligado a Ed Hannigan dejar sus páginas de complemento en una revista en blanco y negro llamada The Sword and the Star. Y Bill Mantlo, que era el escritor, vio mis muestras tiradas por ahí y dijo: «Me gusta; ¿por qué no conseguimos a este tipo?». Y no pudieron contactarme, porque como genio que soy, había dejado mi portafolio con mi nombre y listo. No hay número de teléfono, ni dirección, ni forma de contactarme. Así que me necesitaban y así fue como comencé en los cómics.
Desde aquí queremos mandarle un abrazo a todos los familiares y amigos de un autor que siempre ha estado presente en nuestras vidas como lectores, con décadas de incasable trabajo y entusiasmo dedicados a entretenernos y a sacarnos una sonora carcajada.
Descanse en paz.
