Hay que reconocer que un vistazo inicial a Decorum puede asustar un poco, o como mínimo impresionar. En Norma se han propuesto lanzar esta miniserie pergeñada por Jonathan Hickman en el formato más vistoso posible, y para ello han elegido un tomo de gran tamaño, con sobrecubiertas y todo lujo de contenidos adicionales.
Impone sí, y no sólo por las características concretas de la edición, sino porque toda obra de Hickman, sobre todo aquellas de corte independiente y de creación propia, suelen suponer un desafío para el lector, que debe enfocar toda su atención para captar en su plenitud la cantidad de ideas y de información que le lanza el genial guionista. Es algo similar a lo que sucede con otro escritor de imaginación desatada como es Grant Morrison, cuyos trabajos requieren de una mente abierta y predispuesta por parte del lector, para entrar en su juego y sacarle todo el partido a sus planteamientos.
Pero en realidad Decorum no resulta tan desafiante como pueda parecer, porque las dos tramas principales van avanzando a priori desconectadas entre sí, pero todo acaba encajando y confluyen en una historia única fundamentada en el género que mejor maneja el guionista de Dinastía de X, la ciencia ficción. Por un lado, tenemos los esfuerzos de las rebeldes de una extraña iglesia galáctica para traer de vuelta al mesías que devuelva al buen camino al desatado líder de esta Iglesia de la Singularidad. Por otro, vemos a una educadísima asesina mercenaria que decide acoger bajo su manto a una joven mensajera, para educarla en el arte del asesinato en la escuela de donde procede.
Ambas tramas progresan a través de una combinación de cómic tradicional, de ilustraciones que quitan el hipo y por supuesto de los famosos gráficos y mapas que tanto le gusta a Hickman integrar en sus obras. Es este batiburrillo de herramientas las que más pueden darle una sensación de agobio al lector que se acerque a Decorum, pero no hay que tenerle miedo a las imaginativas formas de narrar que nos proponen, simplemente hay que ir dispuesto y elegir un momento para esta lectura en el que tengamos la mente despierta y descansada, para poder absorber en condiciones el torrente de datos sobre un universo que ha sido creado de cero para esta serie limitada de nuevo entregas.
No sólo es de Hickman el mérito de dar forma a esta ambiciosa historia espacial, porque Mike Huddleston se deja la piel tanto en las secuencias de cómic tradicional como en las ilustraciones que complementan la narración. Hay páginas que nos hacen pensar que estamos ante verdaderos cuadros sacados de un museo. El buen entendimiento entre guionista y dibujante les ha llevado a seguir colaborando en la plataforma Substack, precisamente creando otro universo nuevo en 3 Worlds 3 Moons, hecho que esperemos que no aleje demasiado en el tiempo la secuela que Decorum que queda anunciada al final de la obra.
Si conoces otras grandes obras de Hickman como Este del Oeste, Los Proyectos Manhattan o Dinastía y Potencias de X, ya sabrás lo bien que se le da la ciencia ficción y lo gratificante de sus sesudos inventos, y Decorum no es una excepción, sino una confirmación más de su talento.