CRÍTICA Capitán América: Civil War

Desde que, allá por 2008, se lanzase ‘Iron Man’, y por ende, el Universo Cinematográfico de Marvel, hemos vivido en una constante montaña rusa de altibajos, en lo que a calidad se refiere. Así han llegado a nosotros obras más que notables como ‘Los Vengadores’, ‘Guardianes de la galaxia’ o las dos entregas del Centinela de la Libertad; pero junto a estas, algunas menos reseñables, como ‘Iron Man 3’o ‘Thor’.

Como se ha podido ver, cada una de las películas de ambas fases del proyecto iban allanando el camino para la que debía ser la película «Madre» (las dos entregas de Los Vengadores). Lo que ya sorprende es que una entrega tan arriesgada y complicada como debería ser Civil War se presente como prólogo de una tercera fase, y es, quizá, aquí donde empiecen los problemas.

Si alguien espera ver una fotocopia o una adaptación 100% fiel a la obra de Millar, se equivoca de película y va a salir decepcionado porque el nombre, no es más que un reclamo comercial y eso va a acabar convirtiéndose en el centro de críticas hacia Marvel.

‘Capitán América: Civil War’ pretende seguir, respecto al tono, la senda de ‘Capitán América: Soldado de Invierno’ pero, respecto a su forma, tenemos una película propia de Joss Whedon. Los personajes son presentados en frenéticas escenas de acción, rodadas con precisión milimétrica, en todo momento el espectador se encuentra ubicado en el espacio en el que se da una secuencia de pelea o persecución y se evitan bruscos movimientos de cámara que no hacen otra cosa más que aturdir al espectador.

La película tiene un ritmo epiléptico desde su arranque, no deja respirar al espectador un solo minuto, durante dos horas y media se siguen una escena de acción tras otra y solo hay dos pausas considerables; la primera, sirve para introducir el conflicto (lo más cercano de toda la cinta al tebeo original) y la segunda para presentar a Peter Parker/Spiderman que desde que aparece abarca la atención de toda la sala y roba el protagonismo al resto de personajes, una vez que lo tienes allí, no deseas que desaparezca de pantalla. Pese a estas dos interrupciones, el film se sostiene con éxito.

Pero, evidentemente, no todo puede ser ritmo y frenetismo ya que todo esto debe estar sostenido por una trama consistente y coherente. Hay tantísima acción en la película que llega un momento en el que uno se pierde, ya no sabe quién viene y quién va, no se entienden las razones de ciertos actos y cualquier detalle es escusa para volver a pelear y no se alcanza a entender cuál es el verdadero motivo de esa lucha interna, más allá de los propios miedos de los personajes, traumatizados aún por sus visiones en ‘Los Vengadores: la era de Ultrón’.

Hay que añadir lo innecesaria que es la presencia de ciertos personajes como Visión u Ojo de Halcón quienes están porque tienen que estar, pero es como tener un florero al que se enfoca de vez en cuando; en contraposición a esto, es destacable el uso del personaje de ‘Ant Man’ que tras una película de mediano protagonismo, sabe ganarse el cariño del público mejorando su papel en su, ya citado, film en solitario.

Quizá suene absurdo todo esto, al tratarse de una película de superhéroes, pero Marvel ha demostrado con ‘Guardianes de la galaxia’ o ‘Los vengadores’ que sabe hacer las cosas y que puede ir más allá de “los tíos en pijama que se pegan”. De todas formas nos encontramos ante una obra muy disfrutable, un blockbuster inteligente que no se toma en serio, de ahí los constantes chascarrillos internos, y que funciona de una manera excepcional.