Este fin de semana nos abandonaba otra figura del cómic. Otro de esos autores que nos ha acompañado en nuestra infancia y nuestra adolescencia. Este fin de semana decíamos adiós a Paul Ryan, con 66 años.
La noticia nos ha golpeado a los fans, y muchos de sus compañeros de profesión, quienes aprovechaban la ocasión no solo para hablarnos del artista que se escondía tras el nombre de Paul Ryan, sino para recordar que tras la figura del dibujante había una gran persona.
Larry Hama, quien colaboró con él en varias ocasiones dijo:
Estoy realmente conmocionado y entristecido por la muerte de Paul Ryan, un dibujante impecable, un sólido narrador visual, y muy, muy buen tipo. Siempre supe que una cualquier trabajo que le enviaba lo dibujaba con una gran atención al detalle, y que partes de la historia serían mejoradas, y mis errores serían corregidos. Le voy a extrañar como un colaborador valioso, al que yo llamaba amigo.
Ryan comenzó su sueño licenciándose en la academia de arte de Massachusetts, especializándose en el título de diseño gráfico. Unos cuantos años después ingresó en el Cuerpo de la Guarda Nacional, la cual abandono tras un tiempo para continuar su carrera trabajando de diseñador en ‘Boston’s Metcalf & Eddy Engineering’, durante más de una década perfeccionando cada vez más su talento.
Paul se presentó al concurso de talentos realizado por la editorial ‘Charlton Comics’, y esto le facilitó comenzar a trabajar en el cómic con su primera publicación en ‘Star Master’.
Poco a poco fue cogiendo más ritmo y más fuerza, primero colaborando con Bob Layton en ‘Hercules’, y más tarde comenzaría a trabajar en series como ‘The Thing’, ‘Quasar’… e incluso se hizo cargo de un título en el nuevo Universo, ‘DP7’ .
Uno de sus cómics más recordados, y que han quedado en la memoria de los fans, es el famoso ‘Amazing Spider-Man Annual» # 21, donde siempre será recordado por ponerle imagen a la famosa boda del trepamuros con Mary Jane.
Tras sus años en Marvel, DC puso sus ojos en él y llevó su talento a personajes tan icónicos como Superman o Flash.
Tras haber formado parte de las dos grandes editoriales del comic book, se le abrieron nuevas fronteras en editoriales como Wildstorm o Crossgen, donde fue alternando su tiempo para continuar deleitándonos con su arte.
También pudimos ver su arte en las tiras de prensa donde se hizo cargo durante 3 años, de 1992 a 1995, de Amazing Spiderman, y años más tarde de las de ‘Phantom’.
Son infinidad los títulos que nos vendrán a la cabeza, a los que llevamos años leyendo cómics, cuando escuchamos este nombre. Un hecho que nos recuerda que los grandes artistas del cómic mueren, pero nunca desaparecerán mientras sigan sus viñetas en nuestros estantes.
Artista, descanse en paz.