Para conmemorar el Día del Padre, os traemos una selección de cómics que exploran las relaciones entre padres e hijos. Estos seis trabajos destacan, sobre todo, por su gran artesanía y elaboración, y en donde también podemos encontrar homenajes directos de sus autores hacía sus progenitores. Lecturas que no solo son esenciales, si no que además, estamos seguros de que podréis compartir con vuestras familias.
Con este pequeño repaso, no solo queremos poner en el radar de los lectores/as todas estas obras, si no que además, también queremos rendir un homenaje en este día tan señalado, a todos esos padres con los que muchos de nosotros hemos conocido el mundo del cómic.
EL ARTE DE VOLAR – Antonio Altarriba y Kim (Norma Editorial)
Antonio Altarriba, junto al maestro Kim, grandes autores de nuestra casa, reprodujeron la vida del propio padre del padre de Altarriba en El Arte de Volar, que arranca como la mitad de un díptico que conforma junto a El Ala Rota, dedicado a su madre. En El Arte de Volar, Altarriba habla sobre la experiencia de su padre en la guerra, cómo vivió él en ella y cómo acabó huyendo de su propio país, donde le esperaba una Francia hostil para todos los refugiados, y donde no todos los infiernos acabarían. Una vida prácticamente echada a perder por culpa de una guerra y el recuerdo de un padre y una generación que acabaron con la misma suerte. Galardonada con el Premio Nacional de Cómic en 2010, se consolida como una de las mejores recreaciones históricas del noveno arte, a la vez que rinde un precioso y emotivo homenaje a su propio progenitor.
Alfredo Matarranz
DAREDEVIL: PADRE – Joe Quesada (Panini Comics)
Gran parte del comportamiento de Daredevil en sus aventuras están influenciadas en mayor o menor medida por la importancia que en su devenir futuro tuvo su padre Jack ‘Batallador’ Murdock, sobre todo desde que Frank Miller reimaginara y ampliara para siempre el lore del personaje. En Daredevil: Padre, Joe Quesada, que escribió esta historia en el hospital durante la última semana de vida de su propio padre y que luego también dibujó con su potente, exagerado y espectacular estilo, incide fuertemente en esa relación paterno-filial y en la imagen y recuerdos que Matt Murdock tiene de su progenitor y como a medida que crecía esa figura grandilocuente vista desde la perspectiva infantil es remplazada por algo más pegado a la realidad y menos idealizada. Todo ello dentro de una historia donde tres personajes se cruzarán en la vida de nuestro protagonista mientras un asesino en serie siembra de crímenes la ciudad y la aparición de un nuevo grupo de superhéroes complica aún más la trama.
Javier Cano
EL SOLDADOR SUBMARINO – Jeff Lemire (ECC Ediciones)
Jack es un buzo que se dedica a hacer reparaciones a una plataforma petrolífera, sin embargo en su trabajo siente mucha menos presión que la que siente en la superficie. La inminente llegada de su hijo y la tarea de ser padre le abruma, y el peso de la familia es mayor del que podría esperar, ya que arrastra consigo cargas de su pasado. Jeff Lemire nos ofrece una obra agridulce donde la soledad, la familia, el pasado y los pueblos apartados de grandes urbes son los protagonistas: es decir, puro Lemire. Y para rematar, un apartado gráfico que, a través de su estilo abocetado y el uso de sus acuarelas, transmite perfectamente el onirismo necesario para calar en el lector.
Gonzaga Díez
LA CASA – PACO ROCA (Astiberri)
La Casa es volver a ese lugar en el que fuiste feliz. A esa humilde construcción de ladrillos cerca del mar en la que pasaste los veranos de tu infancia, y a la que el paso del tiempo casi ha conseguido borrar las marcas de los momentos felices vividos en la niñez. Instantes de gozo y despreocupación que a día de hoy, casi parecen experimentados en otra vida. Paco Roca contaba con maestría en la que era su trabajo más personal hasta la fecha, la historia de su padre, que tras fallecer deja desatendida la vieja casa de los largos días de verano familiares, a la que el propio autor junto a sus hermanos deberá regresar para poner en orden el vacío dejado por el progenitor. Una historia absolutamente universal y emocionante la del padre del Paco, ya que apela a vivencias que todos atesoramos, además del cariño y el recuerdo que les profesamos a los seres queridos que nos han dejado.
Sergio Hache
EL ALMANAQUE DE MI PADRE – Jirō Taniguchi (Planeta Cómic)
En el Almanaque de mi Padre, Taniguchi nos cuenta con su característica sensibilidad el descubrimiento que hace un hijo de su padre una vez ha muerto. A través de una cuidadosa recomposición de vivencias y recuerdos nos lleva a un Japón íntimo, donde las relaciones a menudo parecen frías e impersonales. Una historia, donde detallado trazo del desaparecido autor nos termina de transportar a ese particular slice of life enmarcado en la propia óptica del manga, que explora los lazos y conexiones entre seres queridos, además que pone en valor la importancia de recuperar la memoria familiar.
Juanjo Palacios
LABERINTOS – Jeff Lemire (Planeta Cómic)
En Laberintos, Lemire nos propone una historia tan onírica como emotiva, donde seguiremos a un hombre que, tras haber perdido a su hija hace diez años, recibe una llamada de ella pidiendo socorro. Una obra que nos recuerda a los mejores trabajos que nos suele ofrecer este autor, donde además, se explota la narrativa a través del propio laberinto que forma parte de la historia. Un trabajo con el sabor más único y personal del Canadiense, donde temas habituales que suele trabajar, tales como las relaciones paterno–filiales, el humanismo o la introspección, están a la orden del día, y donde además, se exploran las consecuencias del duelo y la superación tras la pérdida de un ser querido. Una historia que habla sobre cómo anteponerse a los duros golpes de la vida antes de que terminemos perdiéndonos a nosotros mismos.
Joel Iglesias